Concepto de Mediación
La mediación es un proceso de
resolución de conflictos en el que las dos partes enfrentadas recurren «voluntariamente»
a una tercera persona «imparcial», el mediador, para llegar a un acuerdo
satisfactorio.
Es un proceso extrajudicial o
diferente a los canales legales o convencionales de resolución de disputas, es
creativo, porque mueve a la búsqueda de soluciones que satisfagan las
necesidades de las partes, e implica no restringirse a lo que dice la ley.
Además, la solución no es impuesta por terceras personas, como en el caso de
los jueces o árbitros, sino que es creada por las partes (Rozenblum, 1998).
Una característica de la
mediación es que es una negociación cooperativa, en la medida que promueve una
solución en la que las partes implicadas ganan u obtienen un beneficio, y no
sólo una de ellas. Por eso se la considera una vía no adversarial, porque evita
la postura antagónica de ganador-perdedor. Por este motivo, también es un
proceso ideal para el tipo de conflicto en el que las partes enfrentadas deban
o deseen continuar la relación (Holaday, 2002). Para que el proceso de
mediación sea posible, es necesario que las partes estén motivadas, porque
deben de estar de acuerdo en cooperar con el mediador para resolver su disputa,
así como para respetarse mutuamente durante y después del proceso, y respetar
los acuerdos que se hayan alcanzado, circunstancia que ocurre con un alto
índice de cumplimiento, porque son los que los mismos interesados han propuesto
y se han comprometido a cumplir, pues la reflexión sobre la mediación ayuda a
todos a entender el conflicto y su dimensión ideológica (Likert y Likert, 1976;
Shapiro, 2002).
La mediación como estrategia
de resolución de conflictos la podemos situar entre el compromiso y la
colaboración. La finalidad consiste en pasar de estilos más individualistas a
modos más evolucionados de resolución de conflictos, como son los de
colaboración y compromiso.
En los conflictos cotidianos nos situamos ante
diversos estilos de afrontamiento: evitamos, nos acomodamos, competimos, etc.
No parece razonable el que nos culpabilicemos por ello, ya que manejarse dentro
de un estilo de colaboración exige unas condiciones de tiempo y de contexto que
no siempre se producen. También puede suceder que, para crear un contexto real
de colaboración, sea necesario pasar por momentos previos en los que nos
manejemos en estilos como el de evitación o acomodación, ya que pueden ser
necesarios para generar un nivel de confianza entre las partes, imprescindible
para llegar a la colaboración (Rozenblum, 1998).
La comunicación es un elemento
esencial en la resolución de conflictos, de hecho, podríamos definir el proceso
de mediación como el consistente en dotar a las partes en conflicto de unos
recursos comunicativos de calidad para que puedan solucionar el conflicto que
se traigan entre manos. A lo largo de todo el proceso, las partes hablan de reproches,
posturas, opiniones, deseos, necesidades, sentimientos, y los mediadores deben
ayudarles a que se expresen de forma constructiva y a que se escuchen, de tal
manera que la comunicación que establezcan pueda ayudarles a resolver el
conflicto (Suares, 1996). 126 Educar 32, 2003 Manuel de Armas Hernández Educar
32 001-149 25/11/03 15:57 Página 126 En la raíz de gran parte de los conflictos
podemos encontrar una mala comunicación. Cuando una persona malinterpreta lo
que la otra ha querido decir y reacciona defendiéndose ante lo que considera
una ofensa, aumenta la tensión del conflicto y nos encontramos más lejos de
solucionarlo. Por el contrario, cuando las dos personas en conflicto pueden
establecer una comunicación eficaz y clara, es decir ambas se hacen entender y
se entienden mutuamente, pueden descubrir que realmente no existía un problema
o que era pequeño y de fácil solución. Incluso en el caso de que el problema
fuera importante, una comunicación de calidad puede ayudar a las partes a que
trabajen juntas para encontrar soluciones que satisfagan a ambos. Por lo tanto,
tal y como nos lo aporta Suares (1996), la comunicación es un elemento
importante en los conflictos, porque:
· Una comunicación de calidad es una herramienta
necesaria para llegar a la base de los conflictos y encontrar soluciones satisfactorias
para las partes
· Una mala
comunicación puede ser en sí misma la causa de los conflictos.
El gran aporte de la mediación
al conflicto es la sustitución de la concepción tradicional de «ganar-perder»
en las disputas, por «ganar-ganar», pues este cambio de concepción no sólo
afecta a los resultados, sino también al proceso mismo, ya que modifica la
actitud de las partes. Lo interesante de este proceso es que descubre la
importancia de los intereses en las disputas, y con un buen análisis en cada
una de las partes, se puede llegar a elaborar una solución que satisfaga a
ambas.
La percepción social del
conflicto y el objetivo de resolverlo ha estado en la base de la
conceptualización de la mediación moderna. El conflicto es vivido como la
manifestación de un problema que necesita una satisfacción, pues el problema
existe debido a una real o aparente incompatibilidad de necesidades e intereses
que hace que la satisfacción de necesidades aparezca imposible para una o más
de las partes implicadas y, por ello, la resolución del conflicto pasa por
encontrar soluciones que satisfagan las necesidades de todos los implicados
(Ripol-Millet, 1997). Con frecuencia, los mediadores colocan en el centro de la
ética de su intervención el principio de imparcialidad, aquí puede ser cierto
el aforismo «dime de qué alardeas y te diré de qué careces», ya que la
tendencia a asumir en mediación una metodología de solución de problemas deriva
de la ideología social individualizada propia de la cultura occidental de los
países desarrollados, que se basa en una concepción del mundo social compuesta
por seres individuales radicalmente separados, de igual valor pero con deseos
diferentes y cuya naturaleza se basa en la satisfacción de tales deseos, con
frecuencia convertidos en derecho. En este contexto ideológico el modelo
preferido por los profesionales para la resolución de conflictos es el que
intenta la colaboración de las partes, pues la mediación, según este postulado,
debe centrarse en ayudar a la resolución de conflictos (Folberg y Taylor, 1984;
Haynes y Haynes, 1989). La mediación en la resolución de conflictos Educar 32,
2003 127 Educar 32 001-149 25/11/03 15:57 Página 127 Para Bush y Folger (1994)
la mediación se basa en la actuación pretendidamente neutral, imparcial y sin
ningún poder de decisión del mediador, el cual actúa como catalizador en un
proceso de negociación, ayudando a las partes a centrarse preferentemente en el
presente, con el objetivo de lograr una solución «satisfactoria» al problema o
disputa de los clientes e intentando que ellos mismos lleguen a un acuerdo
válido, satisfactorio y duradero. La crítica al punto de vista anterior aparece
en la dificultad de llevar a cabo su imparcialidad, ya que el objetivo de
resolver conflictos fuerza al mediador a ser directivo y a imponer, de forma
más o menos sutil, una solución a las partes, restando «satisfacción» a un
acuerdo que es percibido por los mediados como no propio (Williams, 1997).
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Publicado: Yurley Andrea Albarracin Garcia